lunes, 11 de noviembre de 2013

La contemplación como estado de sofisticación

El hacer de las actividades diarias me ha traído pensando ya un buen rato sobre la sofisticación. A manera de juego trato de hacer las cosas cada vez más sencillas, rápidas y eficientes; lavar los platos, barrer, hacer mi cama, cocinar, etcétera; pequeñeces de la vida diaria que al verlas como un problema a resolver detonan en mi mente la búsqueda de soluciones o simplificaciones que llegan a mí de sorpresa y hacen de la actividad particular algo más divertido y un nuevo reto a seguir simplificando.